SIGLO XIX: LIBERALISMO EN ESPAÑA
LOS
INICIOS DEL LIBERALISMO
El
Liberalismo se inicia con la Guerra de la Independencia de 1808 (hasta 1814).
En esta guerra se produce el motín de Aranjuez, en el que Carlos IV se vio
obligado a abdicar en su hijo Fernando. Tras un pacto con Napoleón, Fernando
VII, sin saber que estaba siendo engañado, le devuelve el trono a su padre.
Éste abdica en Napoleón, el cual le ofrece la corona a su hermano José. Esto es
conocido como las Abdicaciones de Bayona. La corona española estaba en manos de
los franceses. Mientras, en Madrid se producían los famosos fusilamientos del 3
de mayo debido al traslado del otro hijo de Carlos IV hacia Francia. Todo
desembocó en un importante levantamiento.Como consecuencia, el pueblo español se dividió en dos grupos. Por un lado estaban los afrancesados, partidarios de José I; y por otro lado, los patriotas, que se negaban a obedecer a un extranjero. España quedaba así dividida en liberales y absolutistas. José I estableció un modelo político reformista y aprobó una ley fundamental para el reino, el Estatuto de Bayona. Se estableció un régimen autoritario, con unas Cortes estamentales.
LIBERALISMO GADITANO
La ausencia del monarca legítimo provocó un vacío de poder. Se puso en
marcha un poder político alternativo que actuaba en nombre de Fernando VII. Se
llevó a cabo con la nueva institución, la Junta Suprema Central, establecida en
Cádiz ya que huía del ejército francés. En ésta, nació la idea de reunir las
Cortes, con todos sus diputados. Las Cortes funcionaron hasta septiembre de
1813, y estaban constituidas principalmente por la clase media.
Constitución de 1812
Sus principios básicos, inspirados en la Revolución Francesa, son:
- Soberanía nacional: la soberanía residía en la nación.
- División de poderes: el poder legislativo residía en las Cortes; el ejecutivo, en el rey; y el judicial, en los tribunales.
- El régimen político era la monarquía parlamentaria.
- Religión oficial: el catolicismo es proclamado religión única y oficial del Estado, prohibiéndose cualquier otra.
- Sufragio universal: las mujeres no votaban.
- La crisis económica estallada en 1866, debida a las malas cosechas y la escasez de trigo, la bajada de los valores de la bolsa originada por la crisis de ferrocarriles, escasez del algodón en el sector textil… Todo esto provocó un aumento de paro y descenso del nivell de vida de los trabajadores.
- Un deterioro político originado por el gobierno del Partido Moderado, que finalizó su etapa en el poder debido a una conspiración por parte del Partido Demócrata y Progresista, a la que se unió también la Unión Liberal.
- Soberanía nacional.
- Sufragio universal para varones mayores de 25 años.
- Monarquía democrática con limitaciones de poderes para el rey.
- Separación de poderes: poder legislativo residía en las cortes bicamerales, el poder ejecutivo en el Consejo de Ministros y el poder judicial estaba reservado para los Tribunales.
- Amplia declaración de derechos y libertades, como por ejemplo la libertad de enseñanza.
- Libertad de cultos religiosos.
- Supresión del impuesto de consumos y eliminación de las quintas.
- Reducción de la edad de voto a los 21 años.
- Separación de Iglesia y Estado.
- Reglamentación del trabajo infantil.
- Abolición de la esclavitud en Cuba y Puerto Rico.
- Un proyecto constitucional para instaurar una República Federal.
- La nueva guerra civil carlista: Carlos VII encabezó la insurrección en el País Vasco y Navarra, estableciendo un gobierno en Estella, Navarra.
- Las sublevaciones cantonales: Los republicanos federales más extremistas se lanzaron a proclamar cantones, pequeños estados regionales casi independientes en Valencia, Murcia y Andalucía, sublevándose contra el gobierno republicano de Madrid.
- La guerra de los Diez años en Cuba: Fue una insurrección colonial a la que los cubanos denominaron “Guerra Larga”, que después de 10 años, se pacificó con la firma de la Paz de Zanjón.
- Las conspiraciones militares alfonsinas: Entre los mandos del ejército se fue imponiendo la idea de la vuelta de los Borbones en la figura del hijo de Isabel II, Alfonso. Pronto empezaron las conspiraciones para realizar un pronunciamiento militar que derrocara la república.
- Presentaba cierto equilibrio entre la constitución moderada de 1845 y la democrática de 1869.
- Sustituye la monarquía democrática por la monarquía constitucional.
- La Corona posee un carácter moderada y amplios poderes, y las Cortes eran bicamerales, formadas por el Senado y el Congreso de los Diputados.
- No definía ningún tipo de sufragio pero sí la confesionalidad católica del Estado.
- Declaración de los derechos ciudadanos básicos.
- El republicanismo: Situada a la izquierda de los partidos dinásticos estaba dividido entre posibilistas, progresistas y centralistas. Se caracterizaba por reivindicar una mayor democratización del régimen y por la demanda de reformas sociales.
- El carlismo: Destacó el Partido Integrista, que eran defensores del tradicionalismo católico y de los fueros. Mantuvieron cierta fuerza en el País Vasco, Cataluña y Navarra.
- Los nacionalismos y regionalismos
- Cataluña: Destacó la Unión Catalanista que elaboró un proyecto autonomista.La Lliga Regionalista fue el primer partido catalanista y se afianzó con el movimiento del modernismo.
- País Vasco: Surgió en el marco del carlismo y de la defensa de los fueros. Destacó el Partido Nacionalista Vasco (PNV).
- Galicia: Pretendían recuperar la lengua y la cultura gallega. Destacó la Asociación Regionalista Gallega que planteó la descentralización político-administrativa para Galicia.
- Andalucía: Las raíces del nacionalismo pueden encontrarse en el movimiento cantonal republicano de 1873. Alcanzó protagonismo a través de la figura de Blas Infante.
- Valencia: El nacionalismo tuvo sus orígenes como un movimiento cultural reivindicativo de la lengua y la cultura valencianas.
- El Tratado de París
- Repercusiones internas y regeneracionismo
- La oposición
- El conflicto colonial
- La semana trágica de Barcelona
- Impacto de la Primera Guerra Mundial
- Crisis de 1917
- Los partidos dinásticos se fragmentaron en multitud de facciones. Maura formó un gobierno de concentración con los políticos de los partidos dinásticos, pero este gobierno se deshizo por falta de entendimiento y el sistema entró en una etapa de gran inestabilidad y se recurrió a la clausura del Parlamento.
- Aumentó el sindicalismo y la conflictividad obrera. aumentó también la subida de precios y el incremento del paro y aumentó el número de huelgas. Se multiplicaron las revueltas campesinas y se practicó el sindicalismo violento
- Neoliberalismo español.
- Se basaba en los fundamentos ideológicos de la división del trabajo.
- Planteaba un tipo de instrucción adaptada a las necesidades y aspiraciones de la clase trabajadora.
- Unía tanto a los sectores más radicalizados como a los más reformistas de la organización obrera para la lucha contra la burguesía.
En este período, las Cortes adoptaron unas medidas sociales y económicas
que afectaban a los privilegios del Antiguo Régimen.
·
Se abolió el Régimen señorial, es decir, la dependencia que los campesinos
tenían respecto a los señores; los señores dejarían de administrar justicia y
de percibir rentas.
·
Desamortizaron los bienes de los afrancesados.
Restauración del
absolutismo (1814-1833)
Tras la derrota de Napoleón, los reyes legítimos volvieron a sus tronos.
Fernando VII regresó a España y fue aclamado por el pueblo como símbolo de
la paz, la normalidad y la legitimidad restablecidas tras la guerra. Pero el
rey promulgó un decreto que anulaba todas las reformas aprobadas en las Cortes,
incluida la Constitución, a lo que le siguió la detención de los liberales más
importantes y éstos recurrieron a la conspiración política y a la rebelión
militar mediante pronunciamientos.
EL TRIENIO LIBERAL (1820- 1823)
El 1 de Enero de 1820, el coronel Rafael del Riego se sublevó en Cabezas de
San Juan (Sevilla), cuando estaba al frente de soldados pendientes de embarcar
para combatir en las colonias americanas. Riego recorrió Andalucía proclamando
la Constitución de 1812, ante la pasividad del ejército, la acción de los
liberales y la neutralidad de los campesinos, obligo a Fernando VII a aceptar
la Constitución, el 10 de Marzo. Después se formó un nuevo gobierno que convocó
elecciones a Cortes.
Los resultados de éstas dieron la mayoría a los diputados liberales,
quienes iniciaron una importante obra legislativa, restaurando la mayoría de
las reformas de Cadíz e impulsando la liberalización de la industria y el
comercio.
Todas estas reformas provocaron la oposición de la monarquía. Fernando VII
había aceptado el nuevo régimen forzado por las circunstancias y desde el
primer momento paralizó cuantas leyes pudo, recorriendo al derecho de veto que
le otorgaba la Constitución y conspiró contra el gobierno, buscando recuperar
el poder mediante la ayuda de las potencias absolutistas de España.
Sin embargo, las medidas liberales de Trienio provocaron el descontento de
los campesinos, ya que se abolían los señoríos jurisdiccionales, pero no les
facilitaban el acceso a la tierra, no tuvieron rebaja de impuestos y la
monetarización de los impuestos les obligaba a conseguir efectivo con la venta
de sus productos.
Así, los campesinos más pobres e indefensos ante la legislación
capitalista, se sumaron a la agitación antiliberal.
Por su parte, la nobleza tradicional y la Iglesia, perjudicadas por la
supresión del diezmo y la venta de bienes monacales, impulsaron la revuelta
contra el gobierno liberal y se alzaron partidas absolutistas, llegando a
establecer una regencia absolutista en Seo de Urgen en 1823.
A esto se sumaron las tensiones entre los propios liberales que se
dividieron en moderados, partidarios de reformas ilimitadas que no perjudicasen
a la nobleza ni a la burguesía propietaria y los exaltados, que plantearon
reformas radicales favorables a las clases medias y populares.
Cabe destacar que entre los años 1823 a 1833 se dio a cabo la década
ominosa.
LIBERALISMO ISABELINO
Con la muerte de
Fernando VII, se deja como heredera a su hija Isabel y como regente a María
Cristina. Don Carlos, hermano del rey, hubiera sido rey si no se hubiese
modificado la ley sálica.
Se produce una guerra,
dividida en dos bandos, por un lado los carlistas, que defendían el
absolutismo, la preeminencia de la Iglesia y el sistema foral. Y por otro lado
los isabelinos, que cuentan con el apoyo de la alta nobleza, funcionarios, y
parte del clero. Posteriormente buscan ayuda en los liberales.
La guerra se organiza en
guerrillas, y se divide en dos fases; La primera fase (1833-1835) se
caracteriza por la estabilización del frente en el norte y triunfos carlistas.
En la segunda fase (1836-1840) se dio el triunfo liberal del general Espartero
en Luchana. En 1837, se dio la Expedición Real a Navarra, pasando por Cataluña,
con intención de llegar a Madrid.
El carlismo se dividió
en transaccionistas e intransigentes. El general Maroto pacta con Espartero el
fin de la guerra en el Convenio o Abrazo de Vergara. Cabrera continúa la guerra
en el Maestrazgo hasta 1840.
María Cristina se apoya
en los liberales para defender el trono de su hija frente al carlismo. El
testamento de Fernando VII establecía un Consejo de gobierno que asesorase a la
regente y presidido por Cea Bermúdez. Se compone de absolutistas moderados que
proponen leves reformas.
Ante la guerra carlista,
se busca apoyo de los liberales, destituyendo el de Cea Bermudez y escogiendo
para presidirlo a Martínez de la Rosa, liberal moderado.
Se establece el Estatuto
Real de Martínez de la Rosa (1834), una convocatoria a Cortes con dos cámaras,
Estamento de los Próceres (cámara alta) y Estamento de los Procuradores (cámara
baja). El sufragio era restringido, minoría de rentas elevadas y las Cortes
legislan a propuesta del rey y son convocadas por el rey.
Los liberales se dividen
en doceañistas (moderados) y exaltados (progresistas). Los sectores más
conservadores apoyan a los moderados, pero la regente necesita apoyos para
ganar la guerra y los encuentra en los progresistas.
Los progresistas
descontentos con las reformas de 1835 protagonizaron revueltas populares.
M. Cristina llama a
formar gobierno al progresista Mendizábal (septiembre de 1835), que comienza
con la reorganización del ejército para la guerra carlista y del Estatuto Real,
se decretó la desamortización de 1836 y M. Cristina es presionada por los absolutistas
para que destituya a Mendizábal.
Estallaron revueltas a
favor de la Constitución de 1812, tuvo lugar el levantamiento de los sargentos
de la Granja y M. Cristina se ve obligada a restablecer la Constitución de 1812
y a poner en el gobierno al progresista Calatrava.
Se desarrollaron varias
medidas: Disolución del régimen señorial, desvinculación. desamortización y
liberalización de la economía.
Esta Constitución
proclamaba una soberanía nacional, una amplia declaración de derechos, la
división de poderes y la aconfesionalidad del Estado. También recogía elementos
moderados, con dos cámaras colegislativas, concedía amplios poderes a la corona
y financiación del culto católico.
Se convocaron elecciones
en 1837, ganadas por los moderados y, en 1840, se prepara una ley electoral más
restrictiva. Se limitaba la libertad de prensa, se prepara una Ley de
ayuntamientos, se devuelven los bienes expropiados del clero y un proyecto de
reimplantación del diezmo.
Se enfrentaron los
progresistas y los moderados por la Ley de ayuntamientos, se produjo una
insurrección de los progresistas y dimite M. Cristina.
Los progresistas ganan
las elecciones y Espartero gobierna de forma autoritaria sin las Cortes.. Se
puso en marcha la venta de bienes del clero secular y se aprueba el arancel
librecambista en 1842. Por esto, Barcelona se subleva y Espartero acaba con el
problema bombardeando la ciudad. En 1843, se da una conspiración moderada, que
obliga a Espartero a dimitir. Se declara la mayoría de edad de Isabel II con 13
años.
Las elecciones de 1844
dieron la victoria a los moderados, que formaron un gobierno presidido por
Narváez. Se sustentaba en el predominio del orden y la libertad y se combinaban
reformas con medidas represivas, que pusiesen fin a las medidas revolucionarias
de las etapas anteriores.
Este régimen se asentó
sobre el predominio de la burguesía terrateniente, la Corona y el ejército, que
falsearon las elecciones.
En la constitución de
1845 se aprobó una soberanía conjunta entre Corona y cortes, se dieron la ampliación
de los poderes del ejecutivo y disminución de las atribuciones del legislativo,
la restricción del sufragio y Senado elegido por la Corona. Los ayuntamientos y
las diputaciones quedaron sometidos a la Administración Central y se suprimió
la milicia nacional. Se declaró el catolicismo religión oficial y se acordó el
mantenimiento del culto y del clero.
Se reformaba la
Constitución de 1837 ampliando los poderes de la Corona y se restringían las
libertades en leyes posteriores.
Un decreto de 1845 restringió
el derecho de libertad de prensa. La Ley Electoral de 1846 planteó un sufragio
censitario muy restringido. Se aceptaron los distritos uninominales.
Con la
institucionalización del Estado Liberal se produjeron una serie de reformas,
como la reforma fiscal, unificación de códigos. administración pública...
Cada provincia dependía
del poder central de Madrid y del Ministerio de Gobernación. Se dio un
levantamiento carlista por el miedo a la centralización. El decreto de 1844
acordó el mantenimiento en el País Vasco y Navarra de los ayuntamientos forales
y la Juntas Generales.
Se estableció un sistema
nacional de instrucción pública (Ley Moyano), adoptó un sistema único de pesos
y medidas y se disolvió la Milicia Nacional, creándose la Guardia Civil.
Se refuerza el
autoritarismo durante el gobierno de Bravo Murillo de 1852, que propuso una
reforma constitucional que transformaba el Estado en una dictadura tecnócrata.
La propuesta fracaso, y de este modo se produce una nueva revolución en 1854
que permitió la revuelta de los progresistas al poder.
El autoritarismo del
gobierno provocó el levantamiento de los progresistas, los demócratas y de
moderados defraudados. En junio de 1854, se dio un pronunciamiento liderado por
O´Donnell, que funda la Unión Liberal. Los sublevados elaboran el Manifiesto de
Manzanares.
Espartero fue elegido
presidente y O´Donnell ministro. Se convocaron elecciones con la ley electoral
de 1837 y se preparó una Constitución Non Nata (1856).
Se llevó a cabo un plan
de reformas económicas en defensa de la burguesía urbana y las clases medias
para impulsar el desarrollo y la industrialización del país.
En la legislación
económica destacó la Desamortización de Madoz (1855) y la Ley General de
Ferrocarriles de 1855.
En 1854, se dio una
crisis de subsistencia y una movilización del pueblo y, en 1855 se produjeron
huelgas en Cataluña. También se produce un levantamiento campesino en Castilla.
El gobierno presentó la
Ley de Trabajo. Además, se agudizaron las discrepancias entre progresistas y
moderados. Espartero dimite y la reina llama a gobernar a O´Donnell, que
reprime las protestas.
Entre 1856 y 1868, se
alternaron los unionistas y los moderados, pero la reina favorecerá a estos
últimos y se margina a los progresistas y los moderados.
O´Donnell intenta lograr
el equilibrio entre moderados y progresistas. Se consiguió una estabilidad
interior, se intentó revitalizar el parlamentarismo y se amañaron unas
elecciones, pero garantizando la representación de los opositores para evitar
levantamientos.
A partir de 1863, el
unionismo no es capaz de afrontar la oposición moderada, por lo que O´Donnell
presenta su dimisión y la reina llama a gobernar a los moderados.
Retorna al gobierno
Narváez. El gobierno actúa de forma autoritaria al margen de los partidos y de
las Cortes. De este modo, los progresistas, con la ayuda de los demócratas,
pasan a la insurrección. En 1868, tiene lugar la sublevación de los sargentos
del cuartel de San Gil, pero fracasa. Los unionistas se ponen en contra del
gobierno y O'Donnell se exilia a G. Bretaña.
La situación empeoró con
la crisis de subsistencia en 1866, la sociedad coincidió en la necesidad de un
pronunciamiento que diese un giro a la situación.
LIBERALISMO DEL SEXENIO
Tras el exilio de
O’Donnell, se inició en España una etapa denominada como Sexenio Liberal
(1868). Se considera el sexenio democrático o revolucionario como la última
etapa de la revolución liberal en España. Representó el intento de ampliar el
liberalismo e instaurar la democracia. Este ensayo terminará fracasando por los
crecientes problemas que asolaron el país en esta época: la aparición del
federalismo, el levantamiento carlista, el estallido de la guerra de los diez
años en Cuba, etc. Finalmente, esta etapa concluirá con la restauración de los
Borbones en la persona de Alfonso XII, hijo de Isabel II.
En Septiembre de 1868 se
inició una revolución en la que las principales causas de esta revuelta fueron: una crisis económica en 1866 originada por la escasez del trigo y otros cereales y un deterioro político originado por el gobierno del Partido Moderado, que finalizó su etapa en el poder debido a una conspiración por parte del Partido Demócrata y Progresista a la que se unión después la Unión Liberal.
La sublevación fue dura
y, finalmente, el gobierno dimitió y la reina se exilió a Francia.
Gobierno provisional y constitución de 1869
Inmediatamente se
estableció un gobierno provisional de carácter centrista presidido por el
general Serrano y con el general Prim como ministro de la guerra. Unionistas,
progresistas y demócratas conformaban el gabinete. El nuevo gobierno convocó
elecciones a Cortes Constituyentes por sufragio universal (varones mayores de
25 años).
La Constitución
“Democrática” es considerada la constitución más radicalmente liberal de las
constituciones del siglo XIX. Sus principales características eran:
- Soberanía nacional.
- Sufragio universal para varones mayores de 25 años.
- Monarquía democrática con limitaciones de poderes para el rey.
- Separación de poderes: poder legislativo para las cortes bicamerales, el poder ejecutivo
- en el Consejo de Ministros y el poder judicial estaba reservado para los Tribunales.
- Amplia declaración de derechos y libertades, como por ejemplo la libertad de enseñanza.
- Libertad de cultos religiosos.
Proclamada la
Constitución y con el trono vacante, las Cortes establecieron una regencia que
recayó en Serrano, mientras Prim era elegido presidente del gobierno. A éste se
le asignó la tarea de buscar un nuevo rey para los españoles.
Reinado de Amadeo de Saboya (1871-1873)
Tras aprobarse la
constitución en la que se establecía la monarquía como forma de gobierno, el
general Serrano fue nombrado Regente y Prim pasó a presidir un nuevo gobierno.
Desechada la opción de los Borbones, se inició la búsqueda de un candidato
adecuado a la Corona entre las familias reales europeas. Se barajaron diversas
opciones hasta que, finalmente, las Cortes eligieron como nuevo rey a Amadeo de
Saboya, hijo del Víctor Manuel II, rey de la recién unificada Italia, y
perteneciente a una dinastía con fama de liberal.
Tres días antes de la
llegada de Amadeo I a España por el puerto de Cartagena fue asesinado el
general Prim. El general progresista era el principal apoyo del nuevo rey y su
ausencia debilitó grandemente la posición del nuevo monarca. Amadeo se encontró
inmediatamente con un amplio frente de rechazo: los carlistas, todavía activos
en el País Vasco y Navarra, los “alfonsinos”, partidarios de la vuelta de los
borbones con la figura de Alfonso, hijo de Isabel II, y los republicanos
procedentes del Partido Demócrata, que reclamaban reformas más radicales.
Los dos años que duró el
reinado de Amodeo, se caracterizaron por una enorme inestabilidad política, con
disensiones cada vez más acusadas entre los partidos que habían apoyado la
revolución, lo que llevó a la desintegración de la coalición gubernamental.
Además, Amadeo tuvo que hacer frente al nuevo estallido de las guerras
carlistas (1872-1876) y al conflicto de Cuba. Impotente y harto ante la
situación, Amadeo I renunció al trono a principios de 1873 y regresó a Italia.
Sin otra alternativa, era impensable iniciar una nueva búsqueda de un rey entre
las dinastías europeas, por lo que las Cortes proclamaron la República el 11 de
febrero de 1873.
La Primera República (1873-1874)
Las ideas republicanas
tenían escaso apoyo social y contaban con la oposición de los grupos sociales e
instituciones más poderosos del país. La alta burguesía y los terratenientes,
los altos mandos del ejército, la jerarquía eclesiástica eran contrarios al
nuevo régimen. Los escasos republicanos pertenecían a las clases medias
urbanas, mientras las clases trabajadores optaron por dar su apoyo al
incipiente movimiento obrero anarquista.
La debilidad del régimen
republicano provocó una enorme inestabilidad política. Cuatro presidentes de la
República se sucedieron en el breve lapso de un año: Estanislao Figueras,
Francisco Pi y Margall, Nicolás Salmerón y Emilio Castelar.
Los republicanos emprendieron
una serie de reformas bastante radicales entre las que destacan:
- Supresión del impuesto de consumos y eliminación de las quintas.
- Reducción de la edad de voto a los 21 años.
- Separación de Iglesia y Estado.
- Reglamentación del trabajo infantil.
- Abolición de la esclavitud en Cuba y Puerto Rico.
- Un proyecto constitucional para instaurar una República Federal.
Los gobiernos
republicanos también tuvieron que hacer frente a varios conflictos bélicos:
- La nueva guerra civil carlista.
- Las sublevaciones cantonales.
- La guerra de los Diez años en Cuba.
- Las conspiraciones militares alfonsinas.
El 4 de enero de 1874,
el general Pavía encabezó un golpe militar. Las Cortes republicanas fueron
disueltas y se estableció un gobierno presidido por el general Serrano que
suspendió la Constitución y los derechos y libertades.
El régimen republicano se mantuvo nominalmente un año más, aunque la
dictadura de Serrano fue un simple paso previa a la restauración de los
Borbones que planeaban los alfonsinos con su líder Cánovas del Castillo.
Finalmente, el hijo de Isabel II fue proclamado rey de España con el título de
Alfonso XII, iniciándose así en España el período de la Restauración.
LIBERALISMO EN LA RESTAURACIÓN
Tras el agitado Sexenio
Democrático, la monarquía de los Borbones quedó restaurada en la persona del
joven Alfonso XII, hijo de Isabel II. El artífice de ello fue Cánovas del
Castillo.
El Sistema Canovista
estaba basado en el bipartidismo, que consistía en la alternancia de dos
partidos en el poder. Esta doctrina pretendía superar la inestabilidad política
anterior.
La constitución interna
estaba integrada por unos principios políticos esenciales: la monarquía
borbónica, la libertad, la propiedad y el gobierno conjunto del rey con las
Cortes. En la política debía prevalecer el sentido realista y pragmático, por
ello, era necesario buscar acuerdos y establecer pactos entre las fuerzas
políticas, pactos que debían fundamentarse en una constitución consensuada.
La Constitución de 1876
Es una constitución
moderada y flexible, inspirada en el liberalismo. Estaba formada por 89
artículos y sus características principales eran las siguientes:
- Presentaba cierto equilibrio entre la constitución moderada de 1845 y la democrática de 1869.
- Sustituye la monarquía democrática por la monarquía constitucional.
- La Corona posee un carácter moderada y amplios poderes, y las Cortes eran bicamerales.
- No definía ningún tipo de sufragio pero sí la confesionalidad católica del Estado.
- Declaración de los derechos ciudadanos básicos.
Esta constitución ha
sido la de mayor duración de la historia de España y permitió una estabilidad
política antes desconocida.
Funcionamiento del sistema canovista: alternancia de partidos
El Partido Liberal
Conservador estaba liderado por Cánovas estaba apoyado por las clases cómodas
del país, y el Liberal Fusionista, dirigido por Sagasta y sustentado por la
burguesía industrial y las clases medias urbanas. Estas dos fuerzas políticas
practicaron el bipartidismo, se cedían el poder el uno al otro de modo que el
nuevo partido, encargado de formar gobierno, convocaba unas elecciones que
siempre ganaba.
Así podemos hablar de
caciquismo como adulteración de la política por los grupos oligárquicos y las
personalidades locales en beneficio de intereses partidistas o particulares. El
encasillado o el pucherazo eran técnicas para la alteración del resultado de
las votaciones. Esto originó un amplio fraude electoral en beneficio de los dos
partidos preponderantes. El nepotismo y la corrupción acabaron contaminando
todos los ámbitos de la sociedad española.
Oposición al sistema canovista
- El republicanismo: Situada a la izquierda de los partidos dinásticos estaba dividido entre posibilistas, progresistas y centralistas. Se caracterizaba por reivindicar una mayor democratización del régimen y por la demanda de reformas sociales.
- El carlismo: Destacó el Partido Integrista, que eran defensores del tradicionalismo católico y de los fueros. Mantuvieron cierta fuerza en el País Vasco, Cataluña y Navarra.
- Los nacionalismos y regionalismos
- Cataluña: Destacó la Unión Catalanista que elaboró un proyecto autonomista.La Lliga Regionalista fue el primer partido catalanista y se afianzó con el movimiento del modernismo.
- País Vasco: Surgió en el marco del carlismo y de la defensa de los fueros. Destacó el Partido Nacionalista Vasco (PNV).
- Galicia: Pretendían recuperar la lengua y la cultura gallega. Destacó la Asociación Regionalista Gallega que planteó la descentralización político-administrativa para Galicia.
- Andalucía: Las raíces del nacionalismo pueden encontrarse en el movimiento cantonal republicano de 1873. Alcanzó protagonismo a través de la figura de Blas Infante.
- Valencia: El nacionalismo tuvo sus orígenes como un movimiento cultural reivindicativo de la lengua y la cultura valencianas.
Pérdida de las colonias y crisis del 98
En 1898, España perdió
Cuba, Puerto Rico y Filipinas, como resultado de los deseos independentistas de
sus pueblos. Esto supuso un duro golpe que se conoce como Desastre del 98.
En Cuba fue ganando protagonismo el Partido Revolucionario Cubano,
partidario de expulsar a España de la Isla. Estados Unidos amenazó a España con
la intervención militar si esta no accedía a la venta de la isla, iniciativa
que rechazó el gobierno español.
El acorazado Maine que
se encontraba fondeado en la Habana, explotó de forma inesperada y Estados
Unidos culpó a los españoles de su hundimiento. El gobierno norteamericano
presentó un ultimátum a los españoles en el que exigía que renunciasen a la
soberanía sobre Cuba. El rechazo de España provocó la declaración de la guerra,
conflicto que se desarrolló en el Pacífico y en el Caribe. En el Pacífico, la
escuadra española fue destruida en Filipinas y la consecuencia fue la
generalización del levantamiento filipino. En el Caribe, la escuadra española
también fue aniquilada y los norteamericanos desembarcaron en Puerto Rico y
ocuparon la isla.
Finalmente se firmó el
Tratado de París en el que España renunciaba a Cuba y cedía a Estados Unidos
Puerto Rico, Filipinas y la isla de Guam. Así España perdía los últimos restos
de su imperio colonial vendiendo a Alemania también Palaos, las islas Marianas
y las islas Carolinas.
En las repercusiones
económicas destacan los muchos empresarios que operaban en Cuba y se
trasladaron a España y repatriaron sus capitales. Las consecuencias políticas
se tradujeron en el desprestigio del sistema político. Sagasta hubo de dimitir
como presidente del Gobierno y el Partido Liberal recibió bastantes críticas,
por lo que propició la aparición de ideas regeneracionistas. Las repercusiones
morales e ideológicas fueron considerables. España pasó de golpe a ser una
potencia secundaria.
Debido a todo esto se desarrolló un movimiento intelectual y
político, llamado regeneracionismo, que propuso una profunda reforma de todas
las instituciones del país, acabando con el caciquismo y las oligarquías. El
desastre de 1898 significó la crisis de fin de siglo.
LIBERALISMO
EN EL PRIMER TERCIO DEL SIGLO XX
Tras la crisis de 1898,
que propició la reforma del régimen de la Restauración, se inició el reinado de
Alfonso XIII que coincidió con un intento de política revisionista. Los
principales representantes fueron Antonio Maura del Partido Conservador y José
Canalejas, del Partido Liberal.
Alfonso XIII intervino
en política y se sucedieron dos décadas en las que se inició una etapa de
inestabilidad política. El Partido Conservador se hizo con el poder y Antonio
Maura impulsó un importante programa de renovación interna del partido, con el
que trataba conseguir un Estado más eficaz: impulsó proyectos para acabar con
el caciquismo y la corrupción electoral, trató de integrar a las fuerzas
situadas al margen del sistema de la Restauración, como por ejemplo el nacionalismo
catalán, desarrolló también una política social con medidas como la Ley del
Descanso Dominical, etc.
Tras la muerte de
Sagasta, José Canalejas asumió el liderazgo en el Partido Liberal y apostaba
por una amplia renovación de la política, por atraer ciertos sectores políticos
y limitar el poder de la Iglesia. Entre sus iniciativas destacan: la separación
de Iglesia y Estado, sustitución del Impuesto de Consumos, reformó la Ley de
Reclutamiento y aprobó la Ley de Mancomunidades.
El republicanismo fue la
principal fuerza de oposición, pero su problema era su fragmentación en
diversos grupos.
Los nacionalismos
seguían con importante influencia pero no demasiada.
El carlismo siguió
asentado en zonas como Navarra, Cataluña y País Vasco y el regionalismo andaluz
se desarrolló en torno a Blas Infante.
Los problemas del reinado de Alfonso XIII
España puso sus miras en
Marruecos. En 1906, la Conferencia de Algeciras estableció 2 zonas de
influencia en Marruecos, una francesa al sur y otra española al norte. El
interés español en la zona obedeció a sus minas de hierro. Pero comenzaron los
problemas, al ser atacados los obreros de las minas por los cabilas de la zona.
Una operación militar mal planteada y ejecutada condujo al Desastre de Annual
en 1921. Tras la derrota, se abrió un proceso de investigación para pedir
responsabilidades, pero el fracaso afectó a altos cargos del Estado, lo que
dejó el camino abierto para el golpe de Estado del general Rivera.
Todo empezó como una
huelga pacífica contra la intervención española en Marruecos, pero terminó
transformándose en una revuelta popular en la que el Gobierno declaró el Estado
de guerra y se reprimió duramente a los manifestantes, dictándose numerosas sentencias
de muerte. La represión ejercida desató una oleada de protestas tanto a nivel
nacional como internacional que exigían la dimisión del presidente del
Gobierno, por lo que el rey disolvió las Cortes y entregó el poder a los
liberales.
En 1914 estalló la
Primera Guerra Mundial, momento en el que estaba al frente del Gobierno español
el conservador Dato. La Guerra significó una gran oportunidad para la economía
española, ya que se exportaron productos industriales y agrarios de los cuales
tenían necesidad los países en conflicto.
Estuvo caracterizada por
los conflictos sociales y políticos en muchos países europeos.
·
Descontento militar: el ejército español tenía un número muy elevado de
oficiales con respecto al de soldados, por lo que aparecieron las Juntas de
Defensa, que exigían una solución a los problemas de los bajos salarios y la
eliminación de los ascensos por méritos de guerra.
·
Asamblea de Parlamentarios: Dato declaró el Estado de excepción y aumentó
la censura de la prensa. En 1917, una Asamblea de Parlamentarios exigió limitar
el poder del monarca, reformar la Constitución y cambiar el sistema político
existente.
·
Huelga general revolucionaria: la tensión acumulada estalló debido a un
paro que había convocado el sector ferroviario en Valencia, en un clima
favorecido, además, por los sucesos revolucionarios en Rusia. Tras la represión
desatada, en agosto se convocó una huelga general.
Descomposición del sistema canovista
El Régimen de la Restauración se hallaba en una profunda crisis. La única
solución que encontraron sus dirigentes fue la formación de gobiernos de
concentración, pero esto no fue capaz de dar soluciones a los problemas y el
régimen entró en un proceso de descomposición:
La crisis de la Restauración disolvió el sistema
turnista de partidos dinásticos (desde el
desastre de 1898, pero especialmente a partir de la
crisis de 1917). En los años siguientes (entre 1923 y 1939) se
sucedieron la Dictadura de Primo de Rivera, la Segunda República Española y la Guerra Civil Española, periodos en los que no
hubo ninguna agrupación política de importancia que se identificara con la
etiqueta liberal; pasando a ser los republicanos los que se apropiaron de su
espacio y sus valores.
LIBERALISMO
ESPAÑOL EN LA ACTUALIDAD
Dentro del espacio social deliberado a finales del siglo XX y comienzos del
siglo XXI, se identificó con la tradición y los valores del liberalismo.
Aparece la etiqueta liberal que está dirigida por algunas organizaciones
empresariales como la de José Antonio Segurado, la Fundación Ortega-Marañón, y
a distintas academias dependiendo de la personalidad…, especialmente en
economía a Pedro Schwartz, además como distintas instituciones.
Dentro de este apartado encontramos:
En este apartado cabe
destacar el término de “globalización” fundamentalmente, aunque también
hablamos del neoliberalismo español, donde se aplica a las políticas económicas
privatizadoras de distintos gobiernos además de los individuos, o instituciones
identificados con el concepto de sociedad de mercados.
MOVIMIENTO
OBRERO ESPAÑOL
El movimiento obrero es un movimiento social que busca un mayor bienestar
para los trabajadores, está muy relacionado con el movimiento sindical.
El nacimiento del movimiento obrero está ligado a las transformaciones
políticas, sociales y económicas que trae consigo la victoria de las ideas del
Liberalismo, tanto político como económico.
En España, se inició en Cataluña entre 1830 y 1840, pero no es hasta el
Sexenio Revolucionario cuando nace con la fundación del Congreso Obrero de
Barcelona. Durante la Restauración se fundan las dos grandes organizaciones
sindicales españolas: en 1889 la Unión General de Trabajadores, socialista; y
en 1910 la Confederación Nacional del Trabajo, anarcosindicalista.
El resultado se concreta en unos planteamientos políticos e ideológicos que
permiten a la organización obrera marcar sus diferencias con los partidos
burgueses, ofreciendo a la clase trabajadora un proyecto social claramente
revolucionario.
Con respecto a la educación, se pretende impartir una enseñanza integral
que tienda al desarrollo completo y armónico de las facultades morales, físicas
e intelectuales del hombre por medio de una instrucción científica, profesional
y productiva. Esta formación era impartida en la escuela-taller, institución
adecuada a las necesidades e intereses de la clase obrera. Esta es la educación
que reciben y hacen suya los españoles.
3 aspectos eran característicos de esta enseñanza en la Península:
- Se basaba en los fundamentos
ideológicos de la división del trabajo.
- Planteaba un tipo de
instrucción adaptada a las necesidades y aspiraciones de la clase
trabajadora.
- Unía tanto a los sectores más radicalizados como
a los más reformistas de la organización obrera para la lucha contra la
burguesía.
REFERENCIAS:
No hay comentarios:
Publicar un comentario